En el mundo de las APIs hay dos enfoques desde los que puedes diseñarlas: SOAP y REST. Pero, ¿qué son estos conceptos? En el artículo de hoy te explicamos las diferencias entre estos dos sistemas y cómo usarlos para diseñar tu API.
¿Qué es una API?
Si estás aquí es porque ya no tienes ninguna duda de qué es una API. Si no es el caso, aquí te lo resumimos. API son las siglas de Application Programming Interface, o lo que es lo mismo, Interfaz de Programación de Aplicaciones. Su función principal es hacer de puente entre dos aplicaciones o sistemas. El ejemplo más conocido de API es Google Maps, que se integra en muchas otras aplicaciones.
¿En qué se diferencian SOAP y REST?
Como hemos dicho, SOAP y REST son dos enfoques sobre cómo elaborar el diseño de una API. Estas son las principales diferencias entre ambos:
- SOAP estructura los datos en formato XML, mientras que REST es más flexible en ese sentido (datos en HTML, XML, JSON, etc.).
- SOAP es un protocolo oficial que opera bajo la W3C (Consorcio World Wide Web). Por su parte, REST es un conjunto de pautas arquitectónicas que los desarrolladores pueden ajustar según sus necesidades.
- Al ser oficial, SOAP ofrece más seguridad, pero también hace que los servicios web que utilizan SOAP sean más pesados. Por otro lado, REST es más flexible y se usa más en servicios web modernos y ligeros.
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¿Cuándo usar una API de REST o una API de SOAP?
Antes que nada, deberás tener en cuenta las necesidades de los usuarios de tus APIs para decidir si elegir un enfoque u otro.
Por ejemplo, si necesitas una API para una aplicación móvil o un sistema más ligero, es más recomendable usar REST. De la misma manera, si vas a desarrollar una API pública, es mejor contar con la flexibilidad de REST. Pero, si lo que quieres es una API privada para una empresa, entonces es mejor desarrollarla en SOAP, ya que ofrece más seguridad al ser un protocolo oficial y es más fiable.